Me presento con todo respeto. Soy La Sacerdotisa.
Si te gusta meditar, te invito a que lo hagas conmigo. Sentirás como la temperatura de la habitación comienza a bajar, llegas a un lugar helado. Verás un palacio grande, blanco, de mármol. Te acercas y hay dos guardianes en la puerta, les pides hablar conmigo, la Sacerdotisa.
Te llevan hasta la sala donde estoy sentada. El piso es de mosaicos grandes, blancos y negros.
Estoy cubierta por velos blancos semitransparentes.
Tengo el Libro de la Vida en mi regazo, las páginas pasan solas, sin tocarlas, estoy revisando tu Libro de Genética Familiar, tus ancestros, el por qué de tus conductas subconscientes.
Cuando volteas, los guardias ya no están contigo. Te pido que descorras los velos y pases a mi salón privado. Tengo frutas de granada por doquier, simbolizando mi conexión con Perséfone, la consorte de Hades.
En mi Libro se encuentra toda la información de la historia de la humanidad, incluyendo la tuya, del pasado, presente y futuro. Me pides que te ilumine y te de la intuición para leer el Tarot. Toco tu entrecejo con mi vara y estás preparada para tu misión. Me preguntas si puedes acercarte más y apruebo con un movimiento de cabeza. Detrás de mi trono hay dos unicornios blancos que me custodian.
Me paro del trono y te invito a que te sientes. Hay aún más frío, hasta el punto que ni sientes los dedos de tus manos. Te sientas y toda la verdad se te revela y te das cuenta que el tiempo en realidad no existe. Mi habitación tiene una luz perlada, parecida a la luz de la luna llena reflejada en el lago.
Sientes que el tiempo no corre y frente a ti va pasando toda la historia de tus madres, abuelas, bisabuelas, la tuya propia también es revelada. Logras verte a ti misma muy anciana, plena de conocimientos.
Te induzco un profundo sueño y a la mañana siguiente amaneces en tu cama, tal y como si toda esta meditación hubiera sido irreal, pero tu sabes desde tu interior que no fue así.
Mi camino en el Arbol de la Vida está entre las Esferas de Kether (Corona) y Tipheret (Belleza), vale decir que me encuentro entre los chakras 7 y 4 (iluminación y corazón). A su vez, en mi lugar del Arbol hay un lugar titulado Daath (Abismo), que me imprime mayor misterio.
Los Cabalistas que me estudian, dicen que mi Obra está realizada en el Cerebelo, donde se guardan los archivos de vidas anteriores.Por ello tengo fama de develar las verdades ocultas. Cuando necesites descubrir un misterio, acudirás a mi y yo te lo develaré.
Soy de pocos amigos, no por decisión propia, sino más bien porque tengo tanto por hacer que la parte social está anulada en mi vida.
Cuando necesito respaldo acudo a mis amigos El Sumo Sacerdote, La Luna y El Colgado, los tres estamos muy conectados y tenemos asignaciones muy parecidas.
Si necesitas calmarte, puedes acudir a mis meditaciones. Con solo ver mi Arcano sentirás profunda paz. No te recomiendo que me veas si estás triste, porque mi Arcano te llevará a mayor pasividad. Con la luz de la luna a mis pies, puedo aquietar las aguas de tu cuerpo.
En la mayoría de los mazos de Tarot me dibujan severa, pero más bien soy pacífica y mi labor es enseñarte la paciencia, una virtud que solo la sabiduría puede darte.
Mi compañera en el mazo, la Emperatriz está brillando a la luz del día, yo brillo a la luz de la noche, en las horas del sueño. Si necesitas aclarar algo en tu vida, tomas mi Arcano y lo introduces en la funda de tu almohada, y te revelaré en sueños la solución.
Espero ser tu eterna amiga,
La Sacerdotisa.
Autora: Magaly Minerva.
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