25 septiembre 2009

LA RESIDENCIA DEL EMPERADOR - Por: Mariu


EL EMPERADOR EN SU MORADA


Me llegó su mail con las fotos de su casa en Roma.... Hacía tanto tiempo que no tenía noticias de él.... Sabía que luego de haber dado clases y escrito varios libros sobre leyes y el rol de la justicia en la sociedad, tenía pensado ir a Europa a establecerse en algún lugar que le gustara.

Eligió Roma por la carga histórica de la Humanidad y porque sentía que ahí habia nacido la Historia del Derecho. Además podría controlar su empresa más de cerca, sin tanto intermediario.

El mail era escueto, corto, breve, casi frío se diría.

Nunca había sido afecto a las comunicaciones.

Cuando comencé a ver la casa, quedé impresionada. Claramente no estaba en el centro de la ciudad, sino en una Via suburbana, y la casa que pudo comprar, quedaba en medio de una Villa, bastante suntuosa. Severa, pero suntuosa.

La casa parecía en sí salida de una película de los años '40. Monolítica, cuadrada, con ventanas altas y espejadas, impecables , una fachada gris y una puerta doble de caoba que hacia presagiar comodidad y calidez, con algo de austeridad y rigor.

Seguían las fotos de la sala con una enorme chimenea que estaba encendida, y unos retratos colgados de las paredes. Me aclaraba en la nota adjunta que eran obras de arte compradas a amigos de amigos de amigos.... Supuse que sus múltiples contactos en las altas esferas le proporcionaban esa data. Las paredes estaban pintadas de un color ladrillo, y sobre cada cuadro, un spot estratégicamente ubicado. los muebles eran de ébano algunos y de caoba otros, muchos de ellos comprados a anticuarios y tenidos por años.... no había flores ni ningún otro toque femenino, pero tanta madera noble daba una gran sensación de solidez, protección y seguridad.

Luego había fotos de la cocina, con una isla en el medio, y del techo colgaban cacerolas, ollas y sartenes de cobre, lustradísimas, impecables, como si nunca se usaran.

Habia unas pocas tomas del baño, donde unos azulejos color petróleo formaban una guarda romana, dándole un aire casi imperial. No parecía un baño, sino un salón donde estar y darse una ducha. Los accesorios eran blancos y la grifería, reluciente, mostraba el bronce bien pulido.

Mientras seguía mirando las fotos, pensaba en la gente que tendría a su servicio para mantener la casa siempre tan limpia y en buen estado. Su biblioteca me produjo un poquito de envidia: vitrinas, estantes, anaqueles, todo lleno de libros: incunables, ediciones antiguas y textos de jurisprudencia y comercio. Sobre el escritorio, pude distinguir el Globo Terráqueo que sabía que había heredado de su padre, anteriormente, y que le encantaba hacer girar con un solo toque casi imperceptible de su dedo.

a un costado, se veía una parte del piano, cerrado, por supuesto, y con las partituras sobre la banqueta.

Luego había dos fotos apenas de su dormitorio, como si no quisiera develar su propia intimidad.... una foto apenas desde la puerta, desde donde se veía la gran cama con un cobertor bordó, la alfombra y una sola mesa de luz con libros, y la araña de diseño moderno, colgando del techo. La otra foto, era de la ventana y parecía sacada una mañana de sol, se veía el marco, una parte de la cortina y luego el resplandor del sol sobre el césped seco del jardín...

Luego había un par de fotos más de una salita donde solía retirarse a meditar, pensar, fumar en su pipa o tomar algún licor; yo sabía que en cada casa que había habitado trataba de encontrar un cuarto pequeño que fuese como su sancta sanctórum, donde nadie lo pudiera molestar... Intuí que la computadora estaba instalada en ese lugar, para que nadie lo molestara, y hasta me imaginé diciéndole al personal doméstico que él se encargaría de la limpieza de ese cuarto.

La última foto de la serie, era una especie de panorámica del jardín, donde había un roble viejo y añoso, un pequeño estanque y un busto romano...como la foto había sido tomada un día de invierno, no habia flores en los arbustos y plantas que se adivinaban raquíticos... sabía que o tendría un jardinero que se ocuparía de eso en la primavera o él mismo, algún domingo por la tarde, podría ponerse a cuidar sus plantas y hablarles en voz bajita....

cerré los archivos adjuntos,,, y sentí que él estaba feliz... que había encontrado, al fin, su lugar en el mundo.... en Roma, la ciudad de las 7 colinas sagradas, desde donde podría mirarlo todo....como el águila del Imperio....


5 comentarios:

Kareli dijo...

Que buen relato sobre la residencia de este Emperador!!
Pude captar su escencia aqui...

Aurora Díaz dijo...

Gracias por tu escrito. Transmite una estabilidad inamovible. Aquí volveré cuando desee un consejo paternal...

Circe dijo...

Gracias chicas queridas!
Me alegro sobre todo de haber podido transmitir claramente, la esencia de este Arcano. No he sido yo, ha sido él quien me lo ha inspirado
un abrazo grande!

Ivana dijo...

Espectacular Mariu!!!Pude vibrar a ese poderoso emperador!Que lindo escribis,amiga!
Besotes

Shonen dijo...

Crees que me dejaría pasar un rato en su biblioteca?
Coincido contigo es la "envidia" que surge al imaginarla :D

Gracias por mostrarnos su casa