22 octubre 2008

Soy El Carro de la Vida



El Carro de la Vida

Soy el guerrero montado en el carro triunfante, el dominio sobre los cuatro elementos, la acción en el mundo. Soy yo el que dirige el carro de mi propio destino, controlando los elementos contradictorios que forman parte de mí. Me conduzco con seguridad por las veredas de la vida, recorro el mundo. ¿Soy yo el que se mueve por el mundo, o el mundo se mueve hacia mí? El carro está incrustado en la Tierra, soy uno con el mundo, ir en pos de él es una ilusión, el mundo está en mi interior.


Y sin embargo el movimiento existe. La rueda es el símbolo del movimiento eterno. Avanzo hacia mi destino, llevado por la tensión mágica de las fuerzas opuestas. Son dos caballos a veces los que parecen tirar del carro, otras veces son dos Esfinges, y soy también uno con estos seres. ¿Mantendré mi control sobre el ímpetu de las fuerzas ciegas e impetuosas? El carro es el vehículo de mi Ser; abarca las cuatro esquinas del mundo, se encuentra sobre la Tierra, pero sube hasta los cielos; soy, asimismo la esfinge que abarca los cuatro aspectos, pero en movimiento perpetuo; la cuadratura del círculo, la rueda y el cubo.



Avanzo triunfante, y a cada momento soy distinto y el mismo; no conozco la derrota, ya que para mí, cualquier cosa es un camino entre mil de ellos, y mi destino es la eternidad. Mi soberanía es absoluta, mi elección irrevocable: Porto la corona y el cetro; soy un rey. ¿Tengo súbditos? Todo lo que tengo es el carro y mi dominio sobre él. El carro soy yo mismo, mi mundo extendiéndose hacia el infinito. Soy mi propio soberano, actuando sobre mi propio mundo, partiendo de la intimidad de mis deseos y pensamientos; el hogar es mi corazón, mi interior.

Por: Octavio
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