Vengo hasta ti para hacerte reflexionar vamos a analizar por que me temes, ya que solo integramos lo que comprendemos te hablaré de mi, te invito a mi mundo, tarde o temprano nos miraremos a los ojos, no puedes seguir huyendo, llevas mi signo en la palma de tu mano.
Según el lugar donde te hayas criado y la religión que profeses me verás con un traje diferente.
- En México me llaman burlonamente “huesuda”, “la flaca”, “calaca” me festejan el 1ro de noviembre, me evocan en típicas calaveritas de azúcar, esqueletos y guadañas, comidas completas que agasajan a los difuntos preparando sus platillos preferidos compartidos con la familia en el cementerio. En este mismo México durante el tiempo de los aztecas se practicaba el ritual del juego de pelota y era un honor para el equipo perdedor ser decapitado por el capitán del equipo ganador.
- Para los católicos soy una recompensa y creen que van a resucitar así como lo hizo Jesús.
- Los judíos me ven como el umbral entre lo físico y lo metafísico.
- Los chinos creen en la inmortalidad del alma, respetan y veneran a sus ancestros difuntos, entienden que la vida después de mi intervención será parecida a la de este plano pero mejor!
- Los aymaras me conceptúan como la continuación de la vida bajo la forma de “pasaje-viaje”
- Los egipcios creyeron en otra vida, en sus tumbas colocaban ofrendas, por aquel entonces el dios funerario Anubis se convirtió en mi mano derecha.
- Los budistas no me niegan sino me exploran, intentan mediante estados de semi-inconsciencia averiguar que hay más allá de este plano, utilizan las prácticas de yoga, el sueño, etc. Y consiguen separar conscientemente la mente del cuerpo así llegan a conocer algo de mi.
Me adjudicas el peso de tu creencia, por eso me evades, soy tu miedo mas arraigado, sobre ti extiendo mi gélido manto, temes desaparecer físicamente. Si pudieras dejar de identificarte con el cuerpo físico, dejarías de asociarme con el trauma, con el ego, con los pensamientos, con esta limitación que crees que eres, me tomarías como un proceso de evolución, irreversible. Como dijo Octavio Paz . Vida y muerte no son mundos contrarios, somos un solo tallo con dos flores gemelas.
Formamos parte de un misterio, el cual develamos a medida que vamos haciéndonos cada vez más conscientes y para ello debemos abandonar los límites mentales que nos impiden expandir y unificarnos, por eso me tomas como el fin de la vida, cuando en realidad soy el comienzo. Principio y fin de un todo. En el acrónimo INRI (ígne natura renovatur integra) todo en la naturaleza se renueva por la acción del fuego, está la llave, contén tu miedo y mira dentro de ti, ábrete y date cuenta que eres mucho más que ese cuerpo, que esa voz, o que tu pensamiento.
Acéptame, no luches, abrázame dulcemente, soy la ruptura, la liberación de los prejuicios, destructora de la forma, de la esclavitud intelectual, nada deja de existir, solo es transformación, soy la ansiada liberación de la materia. En las escuelas iniciáticas se induce al neófito a experimentar la muerte física intentando desapegarlo de la ilusión de esta vida, revelando la inmortalidad. Al igual que la muerte chamanica donde coinciden varias tradiciones, que es necesario atravesar la experiencia de muerte física para terminar un plano inferior dando lugar a otro donde regresas con mágicos dones, comenzando así tu viaje dimensional reflejando el espejismo de la vida y volviéndote aun más humano.
Cuando seas capaz de desintegrar tus creencias y te animes a incendiar tu Ego, si dejas de identificarte con él, te convertirás en el ave fénix que resucitó de sus propias cenizas, entonces me despojarás de mi capa, patearás valientemente mi osamenta, arrojarás muy lejos la guadaña, exorcisarás esos viejos y gastados símbolos y ya sin miedo podrás contemplar mi verdadera e iluminada cara.
Con cariño.
Matilde.
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