21 septiembre 2009

Decorando la casa de El Diablo - Arcano XV

EL DIABLO – EJERCICIO 6
Magaly M. Pampatar
Fui invitada a una cena en la casa de El Diablo. La invitación llegó por DHL en sofisticado papel Kimberly tono marfil. El sello lacrado con una corona real cerraba la invitación. Al abrir el sobre, un fragante aroma de Amber Gris, la fragancia más cotizada en Japón y Europa, bañó mi habitación. En letra color dorada, Palmer se leía:

RSVP
Lúcifer y Lilith

Agradecerán a los Sres. Tomás Avellán y Esposa les acompañen en la cena que, con motivo de la inauguración de su nueva casa ofrecen a sus amistades en 13, Rue Rene Boulanger, a las 22 horas del sábado 13 de Diciembre de 2000.

Traje de etiqueta.

Lúcifer y compañera eran buenos anfitriones. Tenían ese buen toque de la gente que lo ha vivido todo, que lo ha visto todo.
La Decoración del departamento era sencilla pero exquisita. El tema que escogieron para decorar la casa y servir a los invitados estuvo basado en los carnavales medievales de Venecia. Cada invitado recibía una bien elaborada máscara al entrar a la casa de El Diablo.
No prendieron las luces, todo el departamento fue finamente decorado e iluminado con velas de exquisitas fragancias, con un toque de Ylang Ylang y canela con manzanas. El predominio de colores era el púrpura y dorado, con algunos toques de morado. Muchas penumbras y magia, parecía un sueño.
El Diablo contrató un cuarteto de Cello para amenizar la velada, Lilith lucía esplendorosa con un hermoso traje negro ajustado al cuerpo, drapeado y de media cola. Me hizo recordar a la famosa Mortizia de los Locos Adams. Lucía un encandilante collar de esmeraldas con diamantes en su pálido cuello.
El Diablo no tenía un rincón de recuerdos familiares, por cuanto fue desheredado y rechazado por la legión de Ángeles, sus hermanos de infancia. A cambio tenía una pared repleta de todos los grandes personajes de la historia que le vendieron el alma a cambio de riqueza y poder.
Mostró a todos los invitados el departamento, con la excepción de su habitación de descanso, la cual pude ver en una escapadita donde simulé el uso del baño.
Abrí su armario y descubrí un álbum de fotos donde sale acompañado por la corte celestial, antes de su lucha contra Dios. Era uno de los más hermosos ángeles, le ganaba en belleza a Miguel, de niño fue gordito y cabello de rulos dorados.
No pude revisar más a fondo, porque intuitivamente sentí que el Diablo había descubierto mi travesura y podía llegar en cualquier momento.
Me imaginé su habitación más lúgubre y sombría, pero me sorprendí al ver que todo estaba en orden. En su escritorio tenía una laptop de tecnología avanzada, no disponible aún para nosotros los mortales, con ella podías viajar en el tiempo e inclusive trascender la vía láctea.
En los pasillos contiguos a la habitación colgaban los Diplomas otorgados por todos sus méritos como hombre de negocios y estratega en economía y finanzas. El Diablo sabe cómo manejar y multiplicar el dinero, ya que su corazón seco pone toda su confianza únicamente en el metal y las gemas. El departamento era de pocas habitaciones, ya que al no tener familia, es poca la gente que hospeda en casa.
Al abrir la puerta de su biblioteca – la gran sorpresa – se pasa a la quinta dimensión y puedes entrar a los archivos ocultos del Vaticano. Todo lo que se haya escrito a través de la historia, más lo que está por escribirse producto de la mente humana, está en la biblioteca de El Diablo.
El Diablo gusta de la cocina francesa, y se deleita cocinando para sus invitados. La cena consistió de entradas variadas, a la carta, yo escogí los Coquilles St. Jacques, una exquisita mezcla de langosta y camarones gratinados con queso parmesano presentados en una concha de mar.
El plato principal consistió de medallones de lomito en salsa de queso azul y pimienta fresca molida al instante.
De postre tuvimos, entre otros, el Lemon Sufflé omelette flambé, la especialidad del Diablo, adicto al fuego. Se trata de una panqueca delgada, saborizada con rayadura de limón, bañada en Cognac y encendida por instantes, para quemar el licor.
El cuarteto musical tocó las melodías más bellas de Mozart y Vivaldi. Los invitados quedamos muy impresionados con el buen gusto de El Diablo y su mujer.
La terraza de su departamento mira hacia los Champs Elyseés, pero a pesar de todo el lujo y confort del lugar, se siente un aire de soledad y tristeza en el lugar.
La mascota de El Diablo es el perro Cancerbero, compañero de Caronte, el que pasa a las almas al otro lado del rio Estigia a cambio del óbolo, la moneda de oro introducida en la boca de los muertos. Contrario a lo que pensaba, es un perro manso y cariñoso, movía su cola con cada caricia.
Al llegar a casa le comenté a mi marido, que por mucho lujo y riqueza que ellos ostentan, no los cambio por todo el amor de mi hogar, acompañada de mis seres queridos y mis perritos.
El Diablo se parece mucho a aquellos hombres de negocio, exitosos y ricos, pero con el alma vacía y llenos de desconfianza.
Autora: Magaly M.- Pampatar

3 comentarios:

Aurora Díaz dijo...

Me encantaría visitar esa casa. La próxima vez me invitas... Fascinante recorrido en su morada. Gracias

Ivana dijo...

Maginifica casa!que lujo!
Cariños,Magaly!:)

Shonen dijo...

nunca hubiese imaginado que este arcano tuviese tan alto nivel.
Pienso que has descrito acertadamente su casa.

Fascinante