19 octubre 2008

Los Enamorados


Hola, me presento, soy la mujer que está en el jardín de Los Enamorados, soy la que se siente amada y bendecida. Tocada por la gracia invisible del Ángel y bañada por la mirada amorosa de mi amante. Todo es fácil, sucede, fluye. Es el momento del encuentro lleno de magia y misterio.
Detrás de mi amado está el Árbol de la Vida, y detrás mío el Árbol del Conocimiento.
Me acerco, lo toco y pruebo sus frutos. En este momento todo cambia…




Ahora soy El Enamorado que está parado ante dos opciones:
Una es mi historia, mi pasado, aquellos primeros amores que se reeditan una y otra vez.
Las viejas estructuras con sus emociones que me agarran, me toman, me confunden.
Y por otro lado el nuevo amor, la nueva vida, lo desconocido. Me siento como El Loco ante el abismo. Es la opción del camino de crecimiento de mi alma a través del amor.
Y también está, aunque no lo vea, Eros. Puedo sentir sus influjos, pero le temo a sus flechas porque sé que pueden traer tanto amor cómo dolor.
Siento deseo y a la vez culpa. Ahora tengo la libertad de seguir mi

corazón, de elegir, pero tengo miedo de las consecuencias.

¿Me pasará como a Paris, el príncipe troyano que después de haberle dado la manzana a la diosa que él eligió como la más hermosa, experimentó la furia de las otras diosas y su reino se hundió en la guerra y la destrucción?
Las dudas y los miedos se transforman y ahora soy Afrodita, la diosa más bella, la elegida, la que brilla, sonríe, se siente segura de sí misma y disfruta del amor.
Pero todo vuelve a cambiar y ahora soy Hera, la diosa engañada y abandonada. Siento furia, celos y deseo de vengarme hasta las últimas consecuencias.
Pero ahora todo cambió de nuevo y soy la diosa Atenea: fría, racional y distante. El amor no me toca. Soy la invulnerable hija de mi padre que juzgo con desprecio los enredos del corazón.


Y ahora, todo cambió una vez más y soy La Enamorada transformada en rosas rojas de pasión unidas a un corazón con alas, que se encuentra con su amado en libertad, con el corazón abierto, ya sin miedo de amar, ni de elegir ni de ser abandonada.
El Ángel ahora vive en mi corazón y el amor habita en mi alma. Juntos nos amamos, nos juntamos, nos separamos y nos volvemos a unir para bailar la eterna música del Ángel al compás de los latidos de nuestro corazón.



Marcela

http://tarotmitosyarquetipos.blogspot.com/


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