24 octubre 2008

Soy El Hierofante


Tradicionalmente, a mí se me han asignado todo tipo de atributos ocultistas dentro de la alta magia ceremonial. Desde tiempos inmemoriales he sido el sabio al cual la institución le ha asignado cuidar las llaves del reino. Mi sabiduría está repleta de todo tipo de arcanismos, todos acaparando secretos escondidos en el pasado, en el presente y en el futuro.

Yo soy todo simbolismo: desde mis manerismos más sencillos hasta la costura más elaborada de mis vestimentas religiosas, yo soy un arcano viviente. Sin embargo, los errores fundamentales inherentes a la existencia del ser humano, combinados con los ciclos repetitivos e incansables de la historia de los hombres, han hecho de mí una estructura tan hueca y tan vacía como los edificios asociados a mis religiones y cultos.

Yo soy el Papa Católico Apostólico y Romano, yo soy el Imán de más alto linaje en la Mezquita de la Meca, yo soy el Rabí de más alta alcurnia en la Sinagoga de Jerusalén, yo soy el Caballero Templario de la Logia más secreta en Suramérica. El pasar de los æones ha cristalizado los sistemas de creencias asignados a mi cuidado y ahora su sentido primordial ya ha perdido todo significado. El pasar de los milenios me ha dejado casi muerto.

Mi cuerpo lánguido y débil esta sostenido artificialmente por una vestimenta pesadísima la cual parece un exo-esqueleto, igual a los caparazones que protegen a los cangrejos y a las cucarachas. Sin embargo, a los pies de mi imagen tradicional, se encuentra la esperanza de la humanidad. Soy un arquetipo incorrumpible y eterno, y aunque me encuentro moribundo, encarcelado dentro de estructuras sin vida, también soy el nuevo Hierofonte, todavía en mi etapa de niñez, siendo todo inocencia, todo asombro, todo magia. A mis pies, en mi identidad del niño Hierofonte, se encuentra mi octarina, una caoestrella con sus ocho flechas apuntando en todas direcciones. Como ven, también soy el nuevo mago de los tiempos venideros, un niño repleto de espontaneidad, de vida, de magia, un shamán punk anarco-espiritual esperando su oportunidad para derribar el viejo Hierofonte que ya casi apesta. Yo soy un arquetipo, y por eso yo soy inmortal. Fui, yo soy y seré por siempre.

Esta carta representa la religión tradicional y todo lo asociado a ella. Sin embargo, nuestros tiempos actuales, tan caóticos e impredecibles, nos señalan hacia la nueva espiritualidad que ahora está en sus etapas iniciales, y que muy pronto florecerá amplia y abiertamente, sin prejuicios ni obstáculos. La imagen de la carta es sólo un boceto, el cual ha sido creado por el artista norteamericano Mark Dancey, el cual al corriente, está elaborando el mazo Illuminado/de Mediolao bajo mi dirección y su inspiración.

Por: Etanislao
web: EL MONASTERIO

1 comentario:

Aurora Díaz dijo...

Etanislao:

La imagen me lleva a la reflexión. Veo en ella el "niño mágico" que todos llevamos dentro, y que de alguna manera la vida nos lleva a distorcionar, muchas veces enterándolo en un espacio inaccesible...cubierto por falsas creencias.